A veces, amigos a los que queremos muchísimo, a los que necesitamos, nos dan un "hasta luego".
Mi fe me permite pensar así, es una de las cosas buenas que me transmite.
Hay que quedarse con en esos ratos buenísimos que has pasado con él, con esas largas sobremesas, con sus maniáticas exigencias en los restaurantes, con sus continuas bromas, con todo lo que te quería, y así te lo ha demostrado e incluso dicho, antes de subir...
Es un "hasta luego" porque estoy segura de que nos encontraremos, que volverá a gruñirte diciendo "Qué pasa!!! Que llevo esperando aquí una eternidad!! Me iba a largar ya, joder!!"
Y es que nuestra vida es así, te da y te quita, como dice una de mis canciones preferidas:
"Que bonita la vida, que da todo de golpe, y luego te lo quita..."
Piensa que eres afortunado porque le conociste, porque le tuviste cuando le necesitabas, porque fue tu amigo.
Eres afortunado porque pudiste despedirte de él entre bromas y sonrisas.
Eres afortunado porque te espera...