Como os dije en el post donde os enseñaba el resultado de la reforma de mi cocina, quería contaros el proceso que seguí para pintar los muebles con todo detalle, que sé que muchos estáis interesados en conocerlo.

Lo primero que hay que tener en cuenta, es el material con el que contáis en vuestra cocina. En mi caso, las puertas son de madera maciza y el resto del mueble, es de aglomerado. Solo he tenido que pintar las puertas y cajones, el interior lo he dejado tal y como era, marrón, ya que no se ve y no influye en la estética de la cocina. En cuanto al exterior solo he tenido que pintar las baldas con las que termina la cocina, los dos muebles de la parte superior, que están a los lados del extractor y el panel que cubre la nevera, cuyo material es aglomerado.

La madera de mis muebles, era oscura, con muy poco barniz. Para pintar otro tipo de materiales o maderas muy barnizadas o lacadas, deberéis consultar con el proveedor de la pintura para conseguir el acabado perfecto.

Tanto en la madera como en el aglomerado, he utilizado el mismo procedimiento y los resultados han sido buenos, yo diría que excelentes. 

1. Limpieza de la madera. Después de desmontar todas las puertas  y los tiradores, las limpié con amoniaco y agua para eliminar cualquier resto de grasa, secándolas con un trapo de algodón.

2. Ligero lijado. Con una lija muy fina, di una pasadita a la madera, eliminando así la mayoría del ligero barniz que tenían.

3. Imprimación. Las imprimé con la imprimación multiuso de Jotun, casi sin olor y al agua, lo que facilita muchísimo la limpieza posterior de las herramientas y de posibles manchas en el suelo. 

Empecé a imprimar con rodillo, pero apareció mi marido con una super pistola de regalo y probé. La aplicación es mucho más rápida, aunque os confieso que al principio, hasta que cogí el tranquillo a la pistola, ajustando la cantidad de pintura, la distancia, etc. me costó un poco. Después... todo sobre ruedas, quedó perfecto. La imprimación hay que dejarla secar unas horas. Yo imprimaba un día, y no pintaba hasta el día siguiente para asegurarme de que había secado. 

Después de seca la imprimación, una nueva pasada de lija para quitar imperfecciones de la pistola.

4. Pintura. Apliqué dos manos de esmalte al agua satinado en blanco Majestic Radiant de Jotun. En este caso utilicé rodillo, porque quería un acabado perfecto y el rodillo fue el acabado que más me gustó, después de probar con brocha y pistola.
De igual forma, entre capa y capa, dejaba un día de diferencia, para asegurarme un secado perfecto. Aconsejan el lijado también entre las capas, yo lo hacía solamente si veía alguna imperfección. 

La verdad es que la pintura de Jotun cubre muchísimo y con la imprimación y una sola capa, se veían perfectas, pero como la marca me recomendó dar dos, lo hice, que ellos son los que mejor conocen sus productos.

5. Protección. En principio, no iba aplicar nada más, pero pensé que igual con los productos de limpieza que utilizamos en la cocina o los golpes con cacerolas, utensilios, etc. podía llevarme un disgusto, así que me informé y efectivamente, hay protectores de pintura, especiales para cocinas y baños, que resisten productos abrasivos y golpes fuertes. Tienes distintos acabados, mate, brillo o satinado. Yo lo compré satinado, igual que la pintura. Es como un barniz espeso que se aplica muy fácil y rápidamente y en un par de horas está seco.

Y ahora la pregunta del millón que muchos estaréis pensando ¿ha merecido la pena? Mi respuesta: sí, mucho. Tened en cuenta que los muebles interiores no se pintan, con lo cual el trabajo se reduce muchísimo, por otro lado, como lo he hecho mientras se hacía la obra de albañilería, no me he agobiado demasiado, ya contaba con que no íbamos a tener cocina durante ese tiempo. 

Os animo de verdad a hacerlo, ya veis la diferencia de cocina sin invertir en nuevos muebles, yo estoy muy, muy contenta. Volvería a pasar por ello otra vez, sin duda. 

Espero haberos ayudado, pero si tenéis cualquier pregunta...

 ¡soy toda oídos!