Siento una devoción especial por la Escuela de Artes de mi ciudad.
Creo que proviene de mis rápidas visitas cuando mi hermana estudiaba allí.
Me encantaba ver como se iba de casa con esos carpetones que encerraban auténticas maravillas plasmadas en papel.
Alguna vez la pude acompañar y respirar el ambiente que se respiraba en la Escuela.
Nada tiene que ver con un instituto convencional, eso es otra historia.. todo el mundo que recorre diariamente esos pasillos tenía algo especial, la sensibilidad se respiraba en el ambiente.
Yo miraba todo eso desde mi pequeñez y me quedaba fascinada, por la gente y por el edificio que desde luego, está a la altura de las circunstancias.
Arturo Mérida construyó este edificio a finales del siglo XIX y
principios del XX, se creó mediante una Real Orden de Alfonso XII para la instrucción de artistas y artesanos.
El horno de cerámica es la leche, es un horno neomudejar increíble.
Sus jardines
Y como colofón el vivero...
Todavía hoy en día sigo fascinada, la pena es que una no está dotada
para esto del arte...
Pongo toda mi esperanza en que alguna de mis
hijas me permita volver a vivirlo...
¡Feliz finde!